22.11.17

Nunca es mal momento para volver a ser, aun cuando olvidamos lo que somos y queremos o anhelamos. La vida es paciencia, intriga, tedio, vacío. La vida es olores y sabores y colores vivos que visten a los muertos. o no. O la vida simplemente es lo que pasa a lo largo y ancho del tiempo,
A veces uno necesita un faro, un haz de luz que te indique el camino a seguir. A veces el camino está embarrado, o escondido o simplemente se toma el equivocado porque distraído las losas son amarillas y brillan.
Pero resbalan.
A veces uno pierde el tiempo mirando como el tiempo se escapa. Se aturde y declama en silencio cada uno de los minutos que se te clavan en las primeras canas. Y recuerda que todo se cose, que todo se engarza, que nada se rompe para siempre, pero las horas no vuelven y pierdes el sentido, el norte, y ya no eres el niño que se pelaba las rodillas y enseñaba los dientes, con los pantalones- odiosos- cortos en azul marino.
El tiempo se escapa y nosotros nos quedamos, diciendo adiós con la manita, atolondrados, mirando de soslayo el reloj que nos conmueve y nos recuerda que somos un tic-tac, un mísero movimiento de una viola afinada- de las que lloran y hacer llorar entre ecos de ultratumba, cuando la música es una espada que te raja el alma y sangras bemoles y te recompones y re coses, y te engarzas- un mísero segundo, un sí, un no, que lo cambia todo y lo vuelve al principio.
El tiempo es matemáticas. La aritmética del torpe que lo pierde mientras otros lo ganan- o eso piensan- el tiempo es asomarte al espejo y ver el ayer, el hoy, el mañana. El tiempo es asomarte al espejo y no ver nada más que la carne que sustenta tus ojos cansados. El tiempo es romper el espejo y danzar un vals con el perro, en la tarde. El tiempo, tan infinito en el llanto de un niño, tan certero en una despedida sin besos, tan caótico como el clima que enfría tu mente y calienta el corazón, sigue siendo tiempo; en el reloj que te muerde la muñeca, en la página dolorosa- y amorosa, a partes iguales- de Rayuela, en la mañana de despertadores y gruñidos, en el café solitario y periódico y cigarro mientras imploras que nadie te moleste, por favor.
El tiempo se busca, pero nunca se encuentra porque se gasta tiempo buscando tiempo para el perder el tiempo y vuelta a empezar, como una rueda. Como una rueca, como una moneda de tiempo que tiembla en la mesa hasta que cae cara. O cruz. El tiempo es llorar a solas mientras todo pasa, el tiempo es reír hasta que te salgan llagas. El tiempo es elegir la tecla del piano y acertar la escala.
El tiempo es comprender que he muerto esta noche, para renacer mañana.

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