28.4.09

del fracaso

El fracaso es la herencia que ciega la ilusión, o al menos, eso se piensa cuando uno cae en barrena, cuando no existe pozo, cuando los pies ya no llegan al suelo, o al cielo, o al contrario. A veces ni siquiera el fracaso es nuestro; tal vez las fatalidades nos sobrecojan de una a una, como con venganza, como urdido en un plan demoniaco que excede a nuestros pensamientos, el fracaso de uno es la victoria del contrario, del que nos antecede, del que nos sobrepasa. A veces todo se tuerce demasiado pronto, y todos los sentidos que pusimos en ese algo, las ilusiones, los sentimientos, se derrumban como una baraja de naipes y se nos queda cara de joker, de bufón, de imbécil, descuadrado y cosido a puñaladas, temeroso, alicaído, muerto. chof.

el fracaso es el estigma de nuestro ego, o de sus ansias, nada se pierde si nada se arriesga, y, sin embargo, jugamos y jugamos hasta que colamos la bola ocho en el agujero de nuestro futuro y se pierde la partida, se pagan las copas y cada uno a su casa, cabizbajos. El fracaso es la normalidad aparente, el destino que prácticamente nos regalan desde que nacemos, el sino del pobre, del ciudadano, a menos que luchemos lo suficiente como para merecer lo contrario.

Pero aun así, es importante. Porque de cada fracaso se sacan conclusiones, de cada errata una corrección y poco a poco se pule el instrumento, el afán, la gloria. No creo conocer a nadie que no se haya estrellado antes de ser una estrella, el triunfo rara vez es gratuito, salvo en el azar o en la tele- curiosa caja mecánica que inventa mitologías decadentes, dioses insípidos, héroes muertos- nada se sabe si nunca se aprende, y solo se aprende de los errores, tan doloroso como cierto, y no creo equivocarme en este punto. Un fracaso es una victoria en el tiempo, una sonrisa posterior, un aleluya de genio.

Un fracaso es la vía que lleva al champagne, a los brindis, a las sonrisas, a la nueva vida, un fracaso es un abrazo torcido que da palmadas en la espalda mientras te desfigura el rostro a golpes, una patada al aire de nuestro aliento, un raro escorzo del triunfo.

Un fracaso es un acierto a medias, como las verdades, que dependen del tiempo, del acto y de la extensión de nuestras propias mentiras, un fracaso, siempre que no sea absoluto, un fracaso es morir ayer para nacer mañana.

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